Cada organización tiene una relación particular con el #aprendizaje y esta es generalmente delineada por las decisiones que la dirección general toma en correspondencia con el interés que muestra en la materia.
En términos de la gestión del #conocimiento y de la relación corporativa del aprendizaje organizacional en conjunto con el aprendizaje individual, el capital intelectual y su valoración es un tema medular a tratar desde la perspectiva de la gerencia empresarial ya que hoy en día es considerado como un insumo determinante para la supervivencia de las organizaciones.
“El capital intelectual y su valoración es un tema medular a tratar desde la perspectiva de la gerencia empresarial ya que hoy en día es considerado como un insumo determinante para la supervivencia de las organizaciones”
Lo anterior resalta la importancia que las áreas de recursos humanos tienen para traducir el interés de la dirección general en una #estrategia de aprendizaje para la organización que busque influir y modificar el comportamiento de los colaboradores, dado que, si la educación de una persona le concede cierta orientación en su vida, de igual forma el aprendizaje en equipo, que debe ser estimulado por los responsables del desarrollo de talento, orientan el crecimiento de los trabajadores hacia la evolución de la organización y su capacidad para abrirse al aprendizaje.
Estudios del capital intelectual como revulsivos
De esta forma, el estudio del capital intelectual en una organización enmarca el comienzo del trabajo para la aplicación de metodologías de diseño organizacional, ya que evalúan las condiciones presentes en las que se encuentra la empresa con respecto a su capacidad para la resolución eficiente de problemas con la intención de generar ventajas competitivas sostenibles en el tiempo gracias a adquirir las destrezas necesarias para aprender a innovar más rápido que su competencia. Así pues, aprovechar el capital intelectual es trascendental para que las organizaciones logren generar valor. En el año 1999 Nonaka y Takeuchi señalaron al capital intelectual como un proceso humano dinámico en búsqueda de la verdad que se apoya del conocimiento explícito contenido en documentos como manuales y en procedimientos, además de apoyarse en el conocimiento tácito que se aprende mediante las experiencias adquiridas y se comparte o comunica gracias al aprendizaje, de manera indirecta, mediante metáforas y analogías.